sábado, 14 de abril de 2018

EL BUEN MAESTRO Tratamiento ligero de un tema de vital importancia

Título original: Les grands esprits
Francia 2017 106 min.
Dirección Olivier Ayache-Vidal Guión Olivier Ayache-Vidal y Ludovic du Clary Fotografía David Cailley Música Martin Caraux Intérpretes Denis Podalydès, Abdoulaye Diallo, Lèa Drucker, Zineb Triki, Tabono Tandia, Pauline Huruguen, Alexis Moncorgé, Emmanuel Barrouyer Estreno en Francia 13 septiembre 2018

Si lo que refleja esta película, y otras sobre el mismo tema que nos han llegado del país vecino en los últimos años, es la verdadera y preocupante situación de la educación en Francia, aquí es mucho peor, y sin embargo qué poco (o nada) ha inspirado a nuestros cineastas, más entregados a emular el thriller americano o prorrogar el éxito de la comedia a lo españolada, género en el que se han inscrito incluso algunas de las escasas incursiones de nuestro cine en la crisis económica que tanto hemos padecido, y aún mucha gente padece. El debutante en el largometraje Olivier Ayache-Vidal muestra más voluntad que auténtica pericia cinematográfica a la hora de abordar el tema, echando mano de un argumento muy explotado, en una variante que da a su arranque la poca originalidad de la que el conjunto carece, a pesar de resultar muy forzado e improbable. Un experimento del Ministerio de Educación lleva a un catedrático de lengua francesa de impartir clases en un prestigioso instituto de París a una de esas tierras de nadie que abundan en los extrarradios, donde la esperanza por un futuro mejor parece diluirse entre un alumnado abocado al fracaso o contaminado por el de sus compañeros y compañeras. Este es el punto de partida de una película entre la comedia y el drama que naturalmente se antoja previsible ya desde el publicitado tráiler. No hay sorpresas ni atrevimientos en esta correcta y académica cinta que repite un esquema mil veces visto ya desde cintas como Rebelión en las aulas, y en la que todo ocurre de la forma más convencional, a golpe de guión, aunque en general el conjunto funcione como sano entretenimiento y materia sobre la que dialogar y debatir después, ya con argumentos más sólidos y experiencias más firmes. La frescura de los jóvenes intérpretes amateurs y el buen hacer del protagonista no bastan para definir mejor sus personajes, carentes de vida propia más allá de unas páginas de guión puestas en escena con oficio y voluntad por una dirección algo rutinaria y poco experimentada.

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