lunes, 7 de noviembre de 2016

XIII FESTIVAL DE CINE EUROPEO DE SEVILLA (3)

THE LURE Tomitas polacas

Título original: Córki dancigu
Polonia 2015 92 min.
Dirección Agnieszka Smoczynska Guión Roberto Bolesto Fotografía Jakub Kijowski Música Ballady & Romanse Intérpretes Marta Mazurek, Michalina Olszanska, Kinga Preis, Jakub Gierszal, Zygmunt Malanowicz, Magdalena Cielecka, Katarzyna Herman, Marcin Kowalczyk Estreno en Polonia 25 diciembre 2015

En cualquier festival es sano que se programe al menos una película como ésta, por su originalidad, frescura e indiscutible imaginación. Se trata de un musical polaco protagonizado por unas sirenas vampiras con estética del telón de acero y cierta reminiscencia de Tommy y The Rocky Horror Picture Show, las míticas óperas rock de hace cuarenta años. Toda una mezcla de géneros e influencias que dan como resultado una película en la que para sus números musicales parece haberse contratado a talentos salidos de un show televisivo, el sexo está permanentemente presente, incluido una versión del clásico disco I Feel Good de Donna Summer, hay suficiente gore como para satisfacer a los amantes el género, y un sinfín de situaciones delirantes que provocan reacciones de lo más diversas. Con todo esto evidentemente sale una película bizarra y nada convencional que exige por parte del espectador abandonar toda resistencia y tolerar nuevas y diferentes licencias. . A todo ello hay que añadir unos competentes efectos visuales y de maquillaje y el encanto de sus dos jóvenes protagonistas. El experimento ha convencido ya en otros festivales, incluido Sundance, y reportado a su realizadora cierto prestigio que esperemos se ratifique en próximas producciones.

Crítica publicada en El Correo de Andalucía

AMERICAN HONEY Interminable autopista a la autoliberación

USA-Reino Unido 2016 163 min.
Guión y dirección Andrea Arnold Fotografía Robbie Ryan Intérpretes Sasha Lane, Shia LaBeouf, Riley Keough, McCaul Lombardi, Arielle Holmes, Crystal Ice, Veronica Ezell, Chad Cox, Will Patton, Bruce Gregory Estreno en el Festival de Cannes 15 mayo 2016; en Estados Unidos 30 septiembre 2016

La década de los setenta fue prolífica en road movies, especialmente las que se desarrollaban en la legendaria Ruta 66. Títulos como Easy Rider, Carretera asfaltada en dos direcciones o Punto límite: Cero retrataron una generación hippy sin apenas un argumento específico y con un protagonismo mayoritario del hombre. La directora de Fish Tank parece querer dos cosas, recuperar el género en la misma línea en la que se cultivaba entonces y que el protagonismo ahora lo lleve la mujer. Un personaje de nuevo marginal y en cierto modo desarraigado que encuentra en un variopinto grupo de jóvenes descerebrados el vehículo para liberarse, disfrutar, ganar dinero y encontrar el amor. Claro que las premisas son poco convincentes; nada hace creer que alguien en esa troupe de titiriteros consiga hacer los negocios que se les supone, y las casi tres horas que empeña Arnold en contar la historia se traduce en una serie de reiteraciones y viajes a ninguna parte salvo a la desesperación de un público cada vez más desapegado del tema propuesto y sus personajes. El viaje por carretera y moteles de esa América que llamamos profunda, y la jungla que la habita – a veces literal, pues pareciera que National Geographic hubiera participado en la producción – al son de una banda sonora potente y divertida, y la presentación de una carismática y nueva belleza americana, la joven Sasha Lane, son los únicos reclamos posibles de una película larga y tediosa en la que la cámara y el montaje acaban por redondear el desaguisado. No se comprende pues qué vieron en ella para otorgarle el Premio del Jurado en Cannes.

Crítica publicada en El Correo de Andalucía

HEARTSTONE Traumas sexuales de la adolescencia

Título original: Hjartasteinn
Islandia-Dinamarca 2016 129 min.
Guión y dirección Guömundur Arnar Guömundsson Fotografía Sturla Brandth Grøvlen Intérpretes Baldur Einarsson, Blaer Hinriksson, Diljá Valsdöttir, Katla Njálsdóttir, Jónina, þórdis Karlsdóttir Estreno en el Festival de Venecia 1 septiembre 2016

Suele ocurrir que muchos realizadores plasman experiencias muy personales en sus óperas primas, mientras la fuerza de sus nobles intenciones se diluyen con los defectos de la inexperiencia y el impulso de la novedad. Podría ser el caso de Güomundur Arnar Guömundsson, que presenta a concurso uno de los posiblemente más conmovedores relatos de esta edición del festival. Centrada en las vacaciones estivales de unos adolescentes en la fría pero primaveralmente colorista Islandia rural, el joven realizador propone un viaje iniciático al sexo y los sentimientos a través de la experiencia de dos entrañables amigos que descubren el amor y la sexualidad quizás de forma diferente y sin que la sombra de la tragedia pueda apartarse de ellos. El problema de muchas de estas películas es que olvidan que un film también se cocina en la sala de montaje, a veces inexistente para sus artífices, lo que provoca excesivo discurso y mucha reiteración, malogrando muchas de las posibilidades que tiene una historia tan hermosa como ésta. Si además se cargan las tintas en el melodrama, acumulando desgracia y pesar, el resultado acaba resintiéndose aún más. No obstante cabe aplaudir la denuncia, siempre necesaria en algunos marcos excesivamente envilecidos (aquí la relación con la naturaleza deja muy en evidencia el primitivismo reinante en el ambiente), mientras desde nuestra atalaya particular tendemos a creer que parte del problema ya está solucionado. Premio León Queer en Venecia.

Crítica publicada en El Correo de Andalucía

LA MUERTE DE LUIS XIV Ciencia y espíritu en comunión con la pintura

Título original: La mort de Louis XIV
Francia-España-Portugal 2016 115 min.
Dirección Albert Serra Guión Albert Serra y Thierry Lounas Fotografía Jonathan Ricquebourg Intérpretes Jean-Pierre Léaud, Patrick d'Assumçao, Marc Susini, Bernard Belin, Irène Silvagni, Vicenç Altaió, Jacques Henric Estreno en el Festival de Cannes 19 mayo 2016

Los últimos días de vida del Rey Sol, postrado en su suntuosa cama y rodeado por sus fieles súbditos, y muy especialmente por su equipo médico, sirven al reputado y rebelde director catalán Albert Serra para realizar un particular ejercicio de estilo que si de música se tratara no dudaríamos en calificar como recreación con criterios historicistas. Una cinematografía difícil que ha propiciado que sus anteriores películas (Honor de cavallería, El cant dels ocells) apenas hayan pasado ni siquiera de puntillas por nuestra cartelera, anteceden a este riguroso trabajo pictórico con ambiciones y méritos estéticos de sobra, entre los que destacan una fotografía naturista a fuerza de claroscuros en los que a modo de Barry Lyndon sólo interviene luz real de velas y candelabros y que tanto traslada al universo de los pintores barrocos del orden de Rembrandt, y la extraordinaria interpretación del legendario Jean-Pierre Léaud, alter ego de Truffaut a lo largo de su dilatada filmografía. La agonía del monarca, a partir de los testimonios directos como del duque de Saint-Simon y el marqués de Dangeau, sirve para reflexionar sobre los escuálidos tratamientos médicos con los que contaba una ciencia tanto tiempo anquilosada por culpa de la injerencia eclesiástica. Su ritmo excesivamente moroso, su larga e innecesaria duración y ese empeño en hacer de cada encuadre una impactante pintura en el que hasta las texturas están imitadas a la perfección, posiblemente con ayuda de la tecnología digital, hacen que el film sea de difícil digestión. Tratándose de este monarca se echa en falta más música, quedándose corta la Sonata de Gallo que sirvió a Stravinsky para su Pulcinella y el anacrónico Kyrie de la Misa en Do menor de Mozart que suena en una de las más asombrosas secuencias de texturas pictóricas.

Crítica publicada en El Correo de Andalucía

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