domingo, 30 de agosto de 2015

REINHARDT, GRAPPELLI Y EL MILAGRO SEVILLANO EVOCADOS POR TRÉS BIEN!

XVI Noches en los Jardines del Alcázar. Très Bien!: Paula Padilla, voz y ukelele. Miguel Romero, violín. Matías Comino, guitarra. Daniel González, contrabajo. Programa: Django Reinhardt, El legado del jazz europeo. Jardines del Real Alcázar, sábado 29 de agosto de 2015

Los integrantes del grupo, con Luis Berraquero a la guitarra
en el lugar del último fichaje, Miguel Romero al violín
Hace tiempo que defendemos que mucho antes de la tan cacareada movida madrileña Sevilla conoció una explosión de creatividad musical manifestada fundamentalmente en el rock flamenco de los setenta. Y hace un par de décadas la revolución llegó a conservatorios y escuelas musicales, conociéndose una generación de músicos con un talento y una preparación desbordantes. Lo que se ha traducido sobre todo en la interpretación de música antigua y barroca bajo el rigor historicista más exigente, se extiende también a otros ámbitos musicales, como es el caso de O Sister! y este conjunto pariente que es Très Bien! en el que coinciden dos integrantes de aquél. Su forma de recrear el sonido de la música swing y popular de los años treinta y cuarenta es absolutamente puro y genuino, sin por ello limitarse a ser meros cover, sino añadiendo sus propios arreglos y creatividad, en la medida de lo posible, de forma que también en este ámbito podemos seguir presumiendo de milagro musical sevillano.

El público cada vez más cultivado y exigente se rinde al magisterio de estos inmensos artistas, que para la ocasión presentan un repertorio centrado en el estilo del gran guitarrista belga de origen gitano Django Reinhardt, y con la incorporación de Miguel Romero al violín, al que también hemos disfrutado en las filas de la Barroca, lo que da idea de su talento y versatilidad, también de Stéphane Grappelli. Mimetizados con portentosa habilidad por Matías Comino, cuya composición original La danza del Tzigano recibió una calurosa ovación, y Romero, generoso en arpegios, fluido fraseo y un riguroso sonido gypsy o manouche en sus manos. A los que hay que añadir la impagable aportación de la carismática y simpática Paula Padilla, recreando también de forma espectacular el timbre de las vocalistas de la época, especialmente los treinta, en casi perfecto inglés y francés, generando personalísimos efectos de voz  e incorporando con el ukelele más sabor añejo y genuino a la propuesta. Mientras Daniel González al contrabajo consigue cambios sutiles de registro y armonía, contribuyendo entre todos a una excelencia labrada desde el trabajo y la preparación, en la que la puesta en escena también juega un papel fundamental.

Estructurado en tres bloques bien diferenciados, los intérpretes llevaron a un terreno entre propio y el de un Reinhardt al que frecuentemente asociamos con las películas de Woody Allen, temas clásicos como After You've Gone, Sweet Sue del cinematográfico Victor Young, el divertido Undecided de Sid Robin, el evocador All of Me que popularizara Billie Holiday, o el incombustible I Got Rythm de Gershwin. Después composiciones del propio Reinhardt, con un melancólico y sensual Nuages a la cabeza; y finalmente canciones que inspiraron una época y un lugar, los treinta en París, incluyendo el clásico de Josephine Baker J'ai deux amours, recogido en  su única grabación hasta el momento, y el inevitable La vie en rose. Très bien no, très magnifique!

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el lunes 31 agosto 2015

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