martes, 3 de marzo de 2015

KINGSMAN: SERVICIO SECRETO Espías elegantes y desmadrados

Título original: Kingsman: The Secret Service
USA 2014 129 min.
Dirección Matthew Vaughn Guión Matthew Vaughn y Jane Goldman, según la novela gráfica de Mark Millar y Dave Gibbons Fotografía George Richmond Música Henry Jackman y Matthew Margeson Intérpretes Colin Firth, Taron Egerton, Samuel L. Jackson, Mark Strong, Michael Caine, Sofia Boutella, Sophie Cookson, Jack Davenport, Mark Hamill, Edward Holcroft Estreno en Reino Unido 29 enero 2015; en España 27 febrero 2015

Saludado como uno de los renovadores del cine de acción, el británico Matthew Vaughn se sitúa con su nueva película más cerca del universo socarrón y vitalista de Kick-Ass que del más ambicioso y presuntamente trascendental de X-Men Primera Generación o incluso que de los aires románticos de la también fantástica Stardust. Diríase que su estilo y marca se distinguen mejor con títulos como éste y el aludido que protagonizaban Chloë Grace Moretz y Aaron Taylor-Johnson. Basada en un cómic a remolque de las películas de espías, y más concretamente de un James Bond al que se alude constantemente sin discreción ni pudor, Kingsman propone un entretenimiento ágil y divertido. Al menos así lo es en una primera parte de presentación de personajes y entrenamiento del joven protagonista. Después el desmadre y el disparate se van apoderando de la función, de manera que ni su vocación cómica ni la práctica ausencia de sangre logran evitar una violencia inusitada que acaba provocando hastío e incluso desagrado. Por supuesto hace uso de los recursos propios del género, artilugios ingeniosos incluidos – en Sevilla hubo una tienda especializada en estos objetos ubicada en los bajos del Edificio Sevilla 1 – y malvados de catálogo que nos devuelven al prototipo de los primeros Bond. Haciendo sorna de este mundo cada vez más tecnificado y de la adición que tablets y móviles han provocado en la humanidad, Vaughn y un nutrido equipo de creadores se esmeran en proporcionar pirotecnia, color y alegría, pero el festín acaba antojándose indigesto por acumulación y recreación de una realidad extremadamente virtual, más cerca del cartoon animado que de la apasionante aventura que podría haber resultado. Su emergente protagonista cumple y promete, mientras los veteranos dan el toque de dignidad en su paso del testigo, y de entre todos sobresalen un Samuel L. Jackson con problemas de dicción, un irreconocible Mark Hamill y una letal Sofia Boutella (por cierto, muchas botellas de whisky se despachan durante la travesía) como Gazelle, la mano derecha del villano magnate de la tecnología.

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