lunes, 16 de marzo de 2015

FIORENZA CEDOLINS EN EL MAESTRANZA: COMEDIA A LA ITALIANA

Recitales Líricos. Fiorenza Cedolins, soprano. Inessa Filistovich, piano. Programa: Arias de Puccini, Giordano, Boito y Mascagni; canciones de Falvo, Cottrau, Tosti, Cardillo, Denza, Obradors y Falla; piezas para piano de Granados, Albéniz, Glinka y Schredin. Teatro Maestranza, domingo 15 de marzo de 2015


Apareció esplendorosa como una diva, vestida como si alguien le hubiera comentado que en la Alameda de Hércules había un mercadillo romano. Y dejó bien claro desde el principio que lo suyo era interpretación, drama o comedia, pero pura actuación. Quizás por eso comenzó con Tosca y terminó en las propinas con Adriana Lecouvreur de Cilea.

Hace casi cuatro años fue Isabel de Valois en la última producción de Don Carlo vista en Sevilla. No convenció y desde entonces parece que haya desterrado de su repertorio a Verdi, uno de sus tres amores; los otros dos son Puccini y su marido. El segundo estaba en la sala, y con el primero empezó y terminó la primera parte. Fue temperamental en Tosca, cómica en Gianni Schicchi, dramática en Manon Lescaut y trágica en Turandot, emocionándonos con una estremecedora Tu che di gel sei in cinta. Domina todos los registros dramáticos y el sentido del espectáculo, con un programa bajo el brazo diseñado para lucirse, y con la complicidad de una pianista tan cómica como ella, a quien presentó como La tigresa de Bielorusia. El resultado fue pura diversión, consiguiendo atraparnos con todo lo que hizo, dijo y cantó. Hubo incluso momentos tan surrealistas como la que lió con la larga cabellera de la pianista en Del cabello más sutil de Obradors.

Paseó su voz potente y de hermoso timbre entre presentaciones de cada pieza en un muy aceptable castellano, lo que sin duda debió afectar a la calidad de la voz, y cómicas equivocaciones en el orden del programa. Desparpajo no le falta, e hizo lo mejor que pudo para defender el repertorio, lo que no evitó agudos poderosos pero entrecortados, pianissimi forzados y excesiva afectación en las canciones napolitanas, que demandan más sencillez y naturalidad. Aun así destacamos el enorme sentimiento depositado en Core 'ngrato y de nuevo su vena cómica, imitando una pianola, en Santa Lucia. Fallan técnica y recursos, pero talento para entretener y sorprender le sobra, así que puede seguir dedicándose a esto, aunque la voz haya perdido color y otras cualidades desde su debut en Génova apenas hace veinte años. Filistovich hizo gala de pegársele la simpatía y el desenfado de Cedolins y ofreció en solitario solventes páginas de inspiración española.

Fe de errata: No le llamaba Tigresa de Bielorusia sino Tigre de Siberia. Perdón por el lapsus

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 17 de marzo de 2015

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