sábado, 8 de noviembre de 2014

XI FESTIVAL DE CINE EUROPEO DE SEVILLA (1)

LEVIATHAN (Leviafan)
Rusia 2013 141 min.
Dirección Andrey Zvyagintsev Guión Andrey Zvyagintsev y Oleg Negin Fotografía Mikhail Krichman Música Philip Glass Intérpretes Vladimir Vdovichenkov, Elena Lyadova, Aleksey Serebryakov, Roman Madyanov. Sección oficial

Descubrimos el cine de Andrey Zvyagintsev en este Festival de Sevila hace una década, cuando presentó El regreso. Cuatro años después confirmó que se trataba de uno de los realizadores más personales y potentes del actual cine ruso con Izgnanie, y hace sólo dos nos convenció definitivamente de su talento y dominio de la cámara y la narración con la espléndida y fascinante Elena. Su cuarto y consecutivo film lo estrena de nuevo entre nosotros, tras lograr en Cannes el premio al mejor guión. Una vez más se trata de un intenso thriller en el que denuncia los entresijos de una sociedad podrida por una política infame consecuencia de un pasado dominado por la corrupción y el abuso de poder. Todo su contenido podría resumirse en una secuencia en la que varios cuadros de los padres de la patria rusa, Lenin y Gorbachov entre ellos, sirven como blanco en un improvisado campo de tiro. Un hombre sencillo tiene aparentemente controlada su existencia cuando va paulatinamente experimentando la desolación que supone ir poco a poco perdiéndolo todo, casa, familia, amigos y dignidad, merced a la ambición desmedida de un alcalde en el que la delgada línea que cada vez más parece separar a un mafioso de un gestor político prácticamente ha desaparecido. La justicia al servicio de los intereses políticos y personales de unos personajes que no son sino herederos de un sistema corrupto, y que poco o nada se distinguen de los que nos estamos acostumbrando a ver aquí y en otros países de nuestro entorno. Si Leviathan fuera un gráfico tendría forma de montaña en pico, porque Zvyagintsev logra arrancar con fuerza, al son de la música de Akhnaton de Philip Glass acompañando poderosas imágenes de naturaleza rabiosa y salvaje, para a partir de ahí ir atrapando nuestro interés con una trama de tintes judiciales, y pasar después a una intriga pasional y un drama familiar que va desinflando la inquietud que nos ha provocado hasta ese momento, transitando incluso momentos muertos y dejando escapar la atracción que habíamos ido experimentando. Pero encontramos de nuevo al director de imágenes potentes, encuadres y movimientos de cámara elegantes y precisos y una iluminación bien matizada, a través de los cuales sus atractivos personajes van deshilvanando una historia en la que enfrentarse a estos demonios modernos les va a resultar muy caro.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el domingo 9 de noviembre de 2014

LA IGNORANCIA DE LA SANGRE
España 2014 113 min.
Dirección Manuel Gómez Pereira Guión Nicolás Saad Fotografía Aitor Mantxola Música Federico Jusid Intérpretes Juan Diego Botto, Paz Vega, Alberto San Juan, Cuca Escribano. Sección oficial fuera de concurso; película de inauguración

El detective Falcón protagoniza una serie de novelas policíacas ambientadas en Sevilla escritas por Robert Wilson, según él una de las más hermosas ciudades del mundo en la que se pueden esconder horribles crímenes. Con una ambiciosa trama internacional en la que caben mafia rusa y extremismo islámico, Gómez Pereira ha sido elegido para adaptar la primera de ellas. No parece este director, especializado en comedias como El amor perjudica seriamente la salud y Boca a boca, la elección más idónea para esta empresa, que en Entre las piernas demostró su impericia para enfrentarse a un thriller. De hecho tras un arranque confuso y narrativamente deficiente, su película va derivando hacia un disparate que apenas logra enganchar al espectador y en el que todo huele a puro artificio e impostura, desde una cuidada puesta en escena en la que se nos muestra una ciudad sofisticada y de diseño, incluido un cuartel general de la policía en el que parece vayan a asomarse los personajes de James Bond, hasta unas interpretaciones esforzadas y muy poco naturales. La omnipresente música tampoco favorece a esta película en la que la consabida investigación va dando tumbos, mientras asistimos a secuencias inconexas y fuera de contexto que contribuyen a la falta de credibilidad de la trama propuesta. Todo acaba siendo ridículo e intrascendente en este regreso a un cine rancio y monocorde que afortunadamente va formando parte de nuestro pasado, ahora que los nuevos cineastas han superado esas limitaciones narrativas y formales y han encontrado lenguajes mucho más eficaces para llegar hasta el público. De todo este contrasentido podríamos quedarnos tan solo con la siempre estimulante presencia de Cuca Escribano, que compone con dignidad y buen oficio uno de los pocos personajes salvables de la función.

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