jueves, 4 de septiembre de 2014

LOS ATRACTIVOS Y FLUIDOS DIÁLOGOS DE LA INTABVLATA

XV Noches en los Jardines del Real Alcázar. La Intabvlata: Javier Núñez, clave. Sara Águeda, arpa de dos órdenes. Dani Garay, percusión. Programa: Los dos Reynos. España y Nápoles, música para tecla y arpa 1500-1700 (obras de Ribayaz, Valente, Macque, Trabaci, Cabezón, Mudarra, Storace y Cabanilles). Miércoles 3 de septiembre de 2014

Javier Núñez
El ciclo estival del Alcázar no sólo no escatima calidad en sus propuestas sino que demuestra que cada artista se toma muy en serio su participación, preparando programas tan suculentos como atrevidos, diferentes y originales. Pretextos para conocer la música de compositores poco o nada frecuentados, felices descubrimientos enmarcados en interesantes análisis histórico-musicales. La Intabvlata combina las sonoridades del clave y el arpa de dos órdenes, un instrumento netamente español con dos filas de cuerdas entrecruzadas que se corresponden con las teclas blancas y negras del piano, acompañándose de percusión; y debe su nombre a la tablatura del teclado, un sistema de anotación musical que utiliza letras y números para indicar cómo tocar cada tecla.

Alternando compositores españoles e italianos – napolitanos y sicilianos bajo dominio español, influidos por su cultura y a la vez inspiración para nuestros músicos – del renacimiento y el barroco, el reconocido y popular clavecinista Javier Núñez articuló el programa en bloques de tres piezas, algunas reducidas considerablemente, unidas por sutiles transiciones y combinando danzas (tarantelas, gallardas) con obras de talante más serio y bucólico (pavanas, fantasías), recurriendo a disminuciones, diferencias e imitaciones y siguiendo siempre un rigor histórico en la línea del Tratado Luz y Norte Musical para arpa y guitarra de uno de los protagonistas de la noche, Lucas Ruiz de Ribayaz.

Sara Águeda
No faltaron composiciones de Antonio de Cabezón, el gran vihuelista Alfonso Mudarra, tan vinculado a nuestra catedral, o el valenciano Joan Baptista Cabanilles, con cuya alegre Corrente Italiana terminó el programa. Junto a ellos el intrépido Giovanni Trabaci, la melodiosidad de Bernardo Storace o la sensibilidad de Antonio Valente. Con ellos, a través de cuidadas transcripciones, Núñez exhibió una vez más una enorme agilidad y expresividad al clave, mientras la autoridad de Sara Águeda al arpa quedó de sobras demostrada, especialmente considerando la dificultad del instrumento, lo que hizo dignas de no tenerse en cuenta algunas notas perdidas y algún pequeño desajuste. Por su parte, el joven Dani Garay se mostró sutil y elegante a la percusión, pudiéndose así disfrutar de cada sensación, ritmo y matiz.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

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