jueves, 3 de julio de 2014

CUARTETO EMISPHERIO EN LOS JARDINES DEL ALCÁZAR: UN BÁLSAMO EXQUISITO

XV Noches en los Jardines del Real Alcázar. Cuarteto Emispherio: Sarah Roper, oboe. Vladimir Dmitrenco, violín. Jerome Ireland, viola. Gretchen Talbot, violoncello. Programa: Compositores viajeros. La influencia italiana (obras de Giardini, Boccherini, Cherubini, Mozart y Vanhal). Miércoles 2 de julio de 2014

De izquierda a derecha: Dmitrenco, Roper, Talbot e Ireland
A estas alturas y con casi un cuarto de siglo a sus espaldas, a nadie le escapa que los maestros de la Sinfónica son auténticos agitadores de la vida cultural y musical en nuestra ciudad. A su calidad interpretativa hay que sumar la que también han desplegado en su faceta como docentes y promotores de diversas iniciativas, de forma que podríamos concluir que sin ellos muchas de las alegrías que hoy recibimos de nuestros jóvenes no habrían sido posibles. Y ahí está por ejemplo Jerome Ireland, uno de los artífices de la Sinfonieta de San Francisco de Paula, otra de las formaciones en las que se van curtiendo los músicos sevillanos del mañana. 

Combinados de diversas formas, estos integrantes de la ROSS han copado en gran medida la escasez de música de cámara que vivimos en Sevilla desde la desaparicición del ciclo Cajasol. La propuesta del Cuarteto Emispherio para estas noches ajardinadas buscó descubrir la influencia que compositores italianos ejercieron en aquellos países en los que residieron, así como la adquirida por extranjeros en sus viajes a la tierra del vino y el sol. Pero lo que desde luego nos evidenciaron fue el carácter balsámico de estas exquisitas piezas escritas entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, en pleno Clasicismo. Los tríos para cuerda de Boccherini se distribuyen en tres series de seis, de los que Emispherio escogió uno de los llamados pequeños Op.47, en los que el minueto es movimiento común. Dulzura y extrema melodiosidad caracteriza al nº 4, cuya ejecución fue tan clara como elegante.

El genio como concertista de oboe de Sarah Roper se lució en el resto del programa, en ocasiones con transcripciones de originales para flauta. Afincado en Londres, el turinés Felice Giardini, violinista y clavecinista, es el autor del Cuarteto nº 5 Op.25 que sonó depurado e inspirado tanto en la forma como el contenido gracias a la desprejuiciada interpretación de los cuatro músicos. En París se estableció el operista Luigi Cherubini, cuyo estilo más próximo al rigor clásico que al temperamento romántico tuvo una eficiente respuesta sin descuidar el lirismo implícito en el Lento y que Roper volvió a clavar en un prodigio de control y elocuencia. En el viaje de vuelta encontramos el Andante K315 de Mozart, original para flauta y orquesta, cuyos trinos y semitrinos no llegaron a adelantarse aunque sí se notó cierta tendencia a rubatear. Y para finalizar una obra del prolífico compositor bohemio Johann Baptist Vanhal y como propina una muy estimulante versión del famoso tango Adiós muchachos que el siempre simpático Dmitrenco dedicó a las selecciones de fútbol eliminadas del Mundial.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 4 de julio de 2014

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