viernes, 4 de abril de 2014

HALFFTER Y LA ROSS: INTENSO Y POÉTICO EPICENTRO MAHLERIANO

11º Concierto de abono de la XXIV temporada de conciertos de la Real Orquesta Sinfónica de SevillaPedro Halffter, director. Programa: Sinfonía nº 5 de Mahler. Teatro de la Maestranza, jueves 3 de abril de 2014

Fotograma de "Muerte en Venecia", película de Visconti
que popularizó el Adagietto de la 5ª de Mahler
Dicen que Halffter bordó la primera sinfonía con la que arrancó la presente temporada sinfónica; cuesta sin embargo creer que tras una séptima tan decepcionante como la que nos brindó la semana pasada, con la quinta haya sido capaz de transmitir tantas emociones y sensaciones, logrando una página memorable y poética, y un concierto para el recuerdo. El epicentro del ciclo sinfónico mahleriano es una obra de gran complejidad contrapuntística y un alarde de síntesis entre canción y sinfonía, como reflejan los préstamos de los Rückert Lieder que afloran en sus distintos movimientos, además de un prodigio orquestal de rica textura y diversidad y una nueva dimensión dentro de la proverbial expresividad del atormentado compositor.
Todo eso estuvo presente en una interpretación rica en matices, atenta a la armonía que expiden sus notas y a sus contrastantes cambios de humor y de color, con continuos y celebrados lucimientos en los solos, ampulosa y a la vez intimista, extraordinaria cuerda, especialmente la grave, y resuelta en definitiva con enorme claridad y brillantez. Pero sobre todo Halffter acertó a reflejar todo un universo de emociones. Desde la pesadumbre y la tragedia arrastrada en su marcha fúnebre inicial, salpicada de oportunos destellos melancólicos evocadores de los momentos felices e irrepetibles del pasado, pasando por el tono amenazante cargado de dolor y desesperación del segundo movimiento, para continuar con el remanso de paz y esperanza que provocó su algo más divagante ländler y vals central, y terminar con una exposición quizás demasiado edulcorada pero de cualquier modo estremecedora del adagietto y toda una explosión de júbilo sin complejos en el exultante rondó final, extremo en expresividad hasta rozar el paroxismo.
Esta vez hubo mucha creatividad e imaginación, y la versión hizo honor a la que es quizás la más agitada y desenfrenada de las sinfonías de Mahler. Sólo faltaba grabarla para retenerla permanente e indeleblemente en la memoria.
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

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