domingo, 16 de febrero de 2014

CUANDO TODO ESTÁ PERDIDO El viejo y el mar

Título original: All Is Lost
USA 2013 106 min.
Guión y dirección J. C. Chandor Fotografía Fran G. DeMarco Música Alex Ebert Intérpretes Robert Redford Estreno en España 14 febrero 2014

De contar con todo un elenco de primeras estrellas en su sensacional debut tras las cámaras en Margin Call, J.C. Chandor pasa ahora a contar solo con la presencia de Robert Redford enfrentándose sin más ayuda que su pericia e ingenio al océano infinito en una singular aventura que, aunque debe mucho a El viejo y el mar de Hemingway y se apunta a una situación similar a la reflejada en La vida de Pi o En solitario, tiene su propia personalidad y un inusitado interés pese al riesgo que supone de abocarse al aburrimiento. Cuando Spencer Tracy interpretó al protagonista de El viejo y el mar en la adaptación cinematográfica que hizo John Sturges en 1958, tenía justamente esa edad, 58, mientras Redford, de aspecto indiscutiblemente más juvenil tiene ya 77. Y sin embargo luce una extraordinaria forma física como para sin el uso de dobles convencernos de su dominio de la navegación y su capacidad para resistir los embates del mar y los peligros de una situación tan angustiosa y desasosegante como la que se nos propone. Demuestra además una sensacional capacidad para con sólo gestos y miradas exhibir todo el universo interior que encierra el inmenso pánico que su aventura conlleva, y eso que los puntos de sutura de sus operaciones estéticas merman considerablemente su expresividad. Chandor ha evitado flashbacks o monólogos internos que hicieran más llevadera la trama; en un ejercicio que podríamos denominar minimalista no duda en repetir situaciones y esquemas, y evita contarnos nada sobre el pasado o la psicología de su personaje, lo que durante buen parte del metraje hace que nos sintamos poco identificados con él y por lo tanto con su drama. Sin embargo nada de esto es obstáculo para enfrentarnos a una aventura absorbente y embriagadora en la que algunos pasajes chocan por poco convencionales y sin embargo suscitan un terror inigualable frente a la inmensidad del mar. La espléndida fotografía, con momentos de subyugante belleza especialmente bajo la superficie acuática, ayuda a redondear un producto singular y atractivo, un nuevo broche de oro en la magnífica y completísima carrera de uno de los actores más carismáticos de los últimos cincuenta años, inquieto intérprete, director, productor, atleta y empresario.

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