USA 2012 121 min.
Dirección Robert Redford Guión Lem Dobbs, según la novela de Neil Gordon Fotografía Adriano Goldman Música Cliff Martínez Intérpretes Robert Redford, Shia LaBeouf, Stanley Tucci, Susan Sarandon, Nick Nolte, Chris Cooper, Julie Christie, Richard Jenkins, Terrence Howard, Anna Kendrick, Brendan Gleeson, Brit Marling, Sam Elliott Estreno en España 31 octubre 2013
Ya sea como actor o como director, Robert Redford posee una atractiva filmografía que abarca ya casi medio siglo. Especialmente popular en la década de los 70, Redford protagonizó una serie de películas de corte político, policíaco y de intriga a las órdenes de directores tan solventes como Michael Ritchie, Peter Yates, Sydney J. Furie, Alan J. Pakula y sobretodo Sydney Pollack. En ésta su novena película como director parece querer rescatar el espíritu que informaba aquellas películas, abordando de paso una temática que le interesa especialmente y en la que se mueve bastante a gusto, la denuncia y la intriga política. Resulta sintomático que, como Eastwood, a estas edades ya muy maduras se interese especialmente por las relaciones entre padres e hijos, el traspaso de la herencia sentimental y moral y la necesidad ahora más que nunca de construir un mundo mejor que dejar a nuestros descendientes, todo ello bañado siempre con un halo de pesimismo, desilusión y desesperanza. Con un elenco espectacular que enfrenta a grandes glorias de aquella época – Susan Sarandon, Julie Christie, Nick Nolte, Sam Elliott o él mismo – con un sólido ramillete de jóvenes intérpretes – Shia LaBeouf, Brit Marling, Anna Kendrick – el realizador propone también una realidad muy tangible y preocupante, la de la domesticación y adaptación al mundo que nos venden y hasta imponen. Así, en este caso nos encontramos con antiguos activistas anti Vietnam, agitadores y hasta terroristas, reciclados en honrados ciudadanos, cumplidores con la ley y con el orden establecido. En la trama una investigación periodística corre paralela a la huida de un falso culpable en busca de redención y reparación a beneficio de su hija; y en el camino un buen entretenimiento y el placer de disfrutar de grandes estrellas del cine. Impagable la secuencia en la cabaña entre Julie Christie y el propio Redford… un festín para el bisturí.
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