martes, 2 de abril de 2013

GRANDES EXPECTATIVAS: LA 9ª DE MAHLER POR LA ORQUESTA JOVEN DE ANDALUCIA

Concierto de la Orquesta Joven de AndalucíaPedro Halffter, director. Programa: Sinfonía nº 9 de Mahler. Teatro de la Maestranza, lunes 1 de abril de 2013

Mientras la mayoría de los sevillanos miraban al cielo esperando que la lluvia no empapara la Semana Santa, un centenar de jóvenes provenientes de diversos puntos de Andalucía se encerraba responsable y disciplinadamente para poner en pie todo un mastodóntico monumento musical como es la última sinfonía acabada por ese compositor atormentado y obsesionado por la muerte que fue Gustav Mahler.

Que la música entre los jóvenes continúa gozando de excelente salud en nuestra comunidad ha quedado bien reflejado en el protagonismo que éstos han tenido en el recién clausurado Festival de Música Antigua, corroborado ahora con este excelente concierto. Algunos de los intérpretes que pudimos disfrutar en esta ocasión compaginan su trabajo precisamente con esas otras formaciones que hemos tenido oportunidad de atender en el FeMÁS. La paradoja es que gente con tanto por vivir y con tan grandes expectativas por delante fueran los encargados de exponer este agónico y desesperado canto a la vida justo cuando ésta se escapa; paradoja convertida en milagro merced a unos resultados intensos, trágicos y devastadores. Sin apenas fisuras técnicas dignas de mención, acaso algún desajuste en el Andante inicial, y con tanta cohesión en las diversas familias de instrumentos como en conjunto, lo más destacable fue el grado de expresividad con el que los jóvenes acometieron esta dificilísima partitura, logrando extraer de ella todo su dolor, grandeza y desesperanza. Fue así especialmente en esos dos impresionantes lamentos que enmarcan los dos movimientos centrales, aparentemente más desenfadados, pero que en realidad encierran un carácter grotesco, el Ländler, y endiablado, el Rondo-Burleske, como muy bien acertaron en plasmar increíblemente los todavía poco experimentados músicos.

Halffter, que ya dirigió al conjunto hace tres años con otro megalómano de la música como es Bruckner, aportó su particular enfoque y estilo con unas texturas cristalinas y unos matices perfectamente diferenciados. Una atención al detalle que se materializó en unas perfectas transiciones entre tonalidades y ánimos, logrando momentos tan catárquicos como ese conmovedor Adagio final languideciendo como la propia vida, en claro contraste con el espíritu entusiasta de una orquesta escuela que exigimos cumpla como mínimo otros veinte años. Tome buena nota quien tiene la obligación y el compromiso de conseguir que esta tierra nuestra sea cada vez un mejor lugar en el que vivir. Todavía hay esperanza para que así sea; las expectativas quizás en este caso sean también grandes.

Versión extensa de la crítica publicada en El Correo de Andalucía el 2 de abril de 2013

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