domingo, 10 de febrero de 2013

GANGSTER SQUAD (BRIGADA DE ÉLITE) Los disparatados intocables de John O'Mara

Título original: Gangster Squad
USA 2013 113 min.
Dirección Ruben Fleischer Guión Will Beall, según el libro de Paul Lieberman Fotografía Dion Beebe Música Steve Jablonsky Intérpretes Josh Brolin, Ryan Gosling, Sean Penn, Nick Nolte, Emma Stone, Anthony Mackie, Giovanni Ribisi, Michael Peña, Robert Patrick, Mireille Enos Estreno en España 8 febrero 2013

Es evidente a juzgar por el reparto multiestelar con el que se vende esta película, que de la nueva película del realizador de Bienvenidos a Zombieland se esperaba algo más. En su lugar nos encontramos con otra película que parece producida por la Asociación Norteamericana del Rifle, tal es la cantidad de munición que gastan protagonistas y secundarios en esta película comiquera, más que todas las películas de George Raft, Paul Muni, Humphrey Bogart, James Cagney y Edward G. Robinson juntas. Síntoma de la doble moral americana, que censura una secuencia en la que unos gángsters acribillan a la audiencia de un cine para evitar susceptibilidades tras la matanza el pasado verano en el cine en el que se proyectaba El caballero oscuro renace, también producida por la Warner, mientras no repara en violencia gratuita y extrema en el resto del metraje, erigiéndose en nueva apología de la pistola, el rifle y la metralleta. Este cruce rutinario, nada imaginativo, entre Los intocables de Elliot Ness y L.A. Confidential, con un acabado estético más próximo a La dalia negra, también de Brian de Palma, distrae pero no convence. América tiene la virtud de desempolvar periódicamente sus peores fantasmas, denunciarlos una y otra vez en un ejercicio que parece de exorcismo, con el fin de que no vuelvan a repetirse. Tal es el caso del gangsterismo sobre el que se ha construido en buena parte el milagro económico americano; lo malo es cuando no sabe reflejarlo más que en un tono paródico y poco apropiado, sin capacidad para el análisis y la reflexión, como es el caso, deviniendo en un producto vacuo, intrascendente y radicalmente olvidable, al que no salvan ni el esfuerzo de producción y ambientación ni su atractivo reparto, incluyendo un sobreactuado Sean Penn dando vida al mafioso todopoderoso de turno, vapuleado a lo largo de una sucesión interminable de situaciones disparatadas.

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