domingo, 30 de septiembre de 2012

EL ARTISTA Y LA MODELO Supuestamente sencilla y poética

España 2012 104 min.
Dirección Fernando Trueba Guión Fernando Trueba y Jean-Claude Carrière
Fotografía Daniel Vilar Intérpretes Jean Rochefort, Aida Folch, Claudia Cardinale, Chus Lampreave, Götz Otto, Christian Sinniger, Martin Gamet, Mateo Deluz
Estreno 28 septiembre 2012

Tan alejado de su estilo que casi no parece una película de Trueba, la película que le ha valido su único premio, hasta el momento, en San Sebastián al mejor director, se nos antoja mucho menos humilde y poética de lo que realmente es, lo que la convierte precisamente en todo lo contrario, un trabajo pretencioso por querer ser justamente lo primero. Rodada en blanco y negro y en su habitual formato panorámico, la historia nos cuenta la relación que se entabla entre un anciano artista francés y la joven española refugiada que, en la Francia ocupada de la Segunda Guerra Mundial, le sirve de musa e inspiración para unos últimos alientos artísticos. Se supone que el escultor, notable observador de la naturaleza y su entorno, encuentra en esta joven salvaje la esperanza y la alegría dentro de un orden universal que sólo le ha traído desconcierto y decepción. Y se supone que las visitas de un maqui y un oficial alemán amante del arte ponen el contrapunto realista e históricamente coyuntural a una también supuesta relación idílica que se entabla entre los dos personajes principales que dan título a la película. Pero todo es suposición porque ni la relación da para mucho, ni los sentimientos emergen con claridad, por mucha sutileza que se haya querido poner en el empeño, ni el mundo alrededor del anciano justifica tal desengaño ni mucho menos un desenlace como el que se nos propone. Su ritmo extremada e intencionadamente lento tampoco ayuda a empatizar con una historia que se presume muy sensible y emotiva, pero que sobre el papel, de la mano del veterano y prestigioso escritor Jean-Claude Carrière (El discreto encanto de la burguesía, Valmont, Cyrano de Bergerac), tampoco está suficiente y convincentemente desarrollada. Solo el tiempo demostrará si se ha sobrevalorado este experimento espejo del cine pasado de moda que se realizaba en nuestro continente hace varias décadas, o si por el contrario somos nosotros quienes la estamos infravalorando.

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