sábado, 8 de octubre de 2011

NADER Y SIMIN, UNA SEPARACIÓN Sociedades enfermas

Título original: Jodaeiye Nader az Simin
Irán 2011 123 min.
Guión y dirección Asghar Farhadi Fotografía Mahmoud Kalari Música Sattar Oraki Intérpretes Peyman Moaadi, Leila Hatami, Sareh Bayat, Shahab Hosseini, Sarina Farhadi, Ali-Asghar Shahbazi Estreno en España 7 octubre 2011


Si no quedó clara la capacidad de Asghar Farhadi en A propósito de Elly para a partir de una situación coyuntural, cotidiana y alejada de una realidad social y política concreta, erigir un suspense desasosegante y tejer a su alrededor una maraña de denuncias y críticas a todo aquello a lo que parecía ajeno, ahora nos ofrece una magnífica película en la que va mucho más allá de lo que esas premisas prometían. Multipremiada y alabada en todos los países donde se ha exhibido, esta crónica moderna y hasta sofisticada (su ambientación en Teherán no se desliza especialmente por los lugares comunes de pobreza y desesperación que se suponen inherentes a estas tierras, sino incluso al contrario) propone una sucesión de trágicos sucesos diseñados con meticulosidad matemática, en la que ni muchas de las cosas que ocurren ni los personajes que las protagonizan son lo que parecen. A partir de una demanda de separación y los conmovedores cuidados a un enfermo de alzheimer, iremos asistiendo a un drama espeluznante, de los que te mantienen inquieto permanentemente. La película tiene dos niveles de lectura, el de narración impecable y decidida, dos horas de un argumento que atrapa y distrae de principio a fin; y el de la sucesión de críticas a un país y una sociedad en el que el integrismo islámico está malogrando tantas posibilidades. Su tratamiento narrativo y formal huye del estilo documental al que generalmente nos tiene acostumbrado el cine iraní. Nos encontramos ante una pura ficción, tratada con todos los ingredientes que hacen atractiva una película, incluidos sus carismáticos personajes y los intérpretes que les dan vida, destacando los impresionantes Peyman Moaadi y Shahab Hosseini, a quienes ya vimos en A propósito de Elly, seguidos muy de cerca por las protagonistas femeninas, Leila Hatami y Sareh Bayat, en la que es su primera película. Los cuatro fueron galardonados en el Festival de Berlín, donde la cinta logró además el Oso de Oro y los premios del Jurado Ecuménico y de los Lectores del Berliner Morgenpost. Mención especial merece también el extraordinario trabajo de la niña Sarina Farhadi, que también debuta con este título en el cine. La doble moral de ésta y cualquier otra sociedad nos viene expuesta con una contundencia y una claridad de ideas realmente asombrosas, especialmente cuando las creencias religiosas y los valores inculcados al mayoritario sector marginado de la sociedad tienen tanta fuerza e influencia. Surge entonces el drama y el dolor más absolutos, y el talento e ingenio de Farhadi logra que lo padezcamos igualmente aunque sea desde la cómoda posición de nuestro sillón. Lástima que para tejer tan extraordinario guión se haya tenido que recurrir en algún momento al efecto trampa, quizás insignificante ante los resultados dramáticos e ideológicos obtenidos, pero que con un poco más de pericia se podría haber evitado y lograr así el trabajo perfecto. En el pasado Festival de San Sebastián la cinta obtuvo el Premio de TVE Otra Mirada.

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