miércoles, 21 de septiembre de 2011

LOS AMOS DE BROOKLYN Tragedia policíaca al más puro estilo clásico

Título original: Brooklyn's Finest
USA 2009 132 min.
Dirección Antoine Fuqua Guión Michael C. Martin y Brad Caleb Kane Fotografía Patrick Murguia Música Marcelo Zarvos Intérpretes Richard Gere, Don Cheadle, Ethan Hawke, Wesley Snipes, Ellen Barkin, Will Patton, Lily Taylor, Brian F. O'Byrne, Shannon Kane
Estreno en España 16 septiembre 2011

Antoine Fuqua no había vuelto a disfrutar de cierto reconocimiento desde Training Day, tras la cual se embarcó en un proyecto impersonal y parcialmente malogrado, Rey Arturo. Aunque estrenado entre nosotros con más de un año de retraso, Brooklyn's Finest (Los mejores de Brooklyn) recupera el tono, el estilo y la temática de aquel celebrado policíaco que le reportó su segundo Oscar a Denzel Washington. Volvemos a participar de la peligrosa, expuesta y miserable vida de los policías de esa jungla humana que es Nueva York. Corrupción, juegos de poder, infiltraciones sumamente peligrosas, tensión y estrés contínuos... Asuntos que han sido tratados en el cine en múltiples ocasiones, siempre desde el prisma de la denuncia y con caracteres muy similares. Lo que hace especial esta nueva aproximación al tema y su entorno es el sabor clásico y depurado que ha sabido imprimirle su realizador, el acertado montaje que hace que viajemos de una a otra historia con notable naturalidad (se nos cuentan las peripecias de tres oficiales de policía cuyas vidas están predestinadas a cruzarse), y el acertado ritmo que se le ha impregnado al conjunto de la cinta. En este sentido la película se revela no sólo como consecuencia de aquella cinta que también tenía a Ethan Hawke como coprotagonista, pero mejorándola y haciendo más creíble la narración, a pesar de lo tremendo y supuestamente exagerado de las situaciones expuestas. Al éxito de la empresa contribuye el excelente trabajo de su elenco protagonista, sin embargo lo que más falla es el tratamiento dado a los personajes, que hace que no nos impliquemos lo suficiente en sus dramas, deviniendo en un espectáculo que contemplamos desde una tribuna de privilegiado observador, sin participar activamente en la tragedia representada.


La música de Marcelo Zarvos añade intriga y desasosiego a esta enésima visión de la corrupción policial en la ciudad de Nueva York

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