viernes, 10 de junio de 2011

MADEMOISELLE CHAMBON Un hogar para toda la vida

Francia 2009 101 min.

Dirección Stéphane Brizé Guión Stéphane Brizé y Florence Vignon, según la novela de Eric Holder  Fotografía Antoine Héberle Música Ange Ghinozzi Intérpretes Vincent Lindon, Sandrine Kiberlain, Aure Atika, Jean-Marc Thibault, Arthur Le Houérou, Bruno Lochet Estreno en España 25 marzo 2011 (en Sevilla 3 junio 2011)

Confluyen en esta cinta varios factores para convertirla en una de las más hermosas, sino la que más, de las que coinciden actualmente en cartelera. Su realizador ya demostró cualidades de sensible cineasta en su película No estoy hecho para ser amado; la novela de la que parte ahora posee una extrema delicadeza; y su trío protagonista es capaz de transmitir toda una amplia gama de emociones con sólo una mirada, especialmente Sandrine Kilberlain, sometida a lo largo de su metraje a varias pruebas de fuego en forma de largos primeros planos fijos. Con esos ingredientes no extraña la capacidad de Brizé para conmover con esta preciosa historia de enamoramiento y sufrimiento con una metáfora como base, la construcción de una casa sólida, para toda la vida, tal como el personaje magistralmente interpretado por Vincent Lindon explica a un pequeño alumno de un colegio cuando da una sencilla pero muy didáctica charla sobre el oficio de albañil. Antes ya hemos asistido a otra sorprendente y simpática escena sobre la educación, pilar fundamental para la construcción de todo, incluido el control sobre nuestros sentimientos y la capacidad para superar hasta el sufrimiento más terrible. Los personajes no son extremos; no pueden serlo si quieren convencernos de que su atracción absoluta e incondicional es posible. Ni ella puede ser una repipi ni él, sobre todo, puede resultar tan rudo como cabe esperar de una persona de su condición. Todo está equilibrado y tratado, de forma que hasta el más insignificante detalle, como los personajes secundarios, algunos mudos, o una música extraordinariamente elegida para sin ser relamida lograr atrapar sentimentalmente al público, encaje para lograr el milagro de la emoción y la complicidad. Pero como todo tiene un peaje, el de esta pequeña joya es tomarse su tiempo para retratar personajes y situaciones con exquisita sensibilidad; esto constituye sin duda una exigencia para el público, lo que hace al film no apto para cualquier tipo de paladar.


"Salut d'amour" Op.12 de Edward Elgar, interpretado por Itzhak Perlman

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